Monday, January 6, 2020

Los retos de los panameños en 2020




La clase política y el poder económico panameños inauguraron 2020 concentrando sus esfuerzos en torno a las reformas constitucionales propuestas por el gobierno del presidente Cortizo. El debate, sin embargo, no enfoca los objetivos que debería perseguir un documento que oriente las tareas políticas de los gobernantes. Más bien, se queda a nivel de las formalidades. El ¿cómo? desplazó por completo el ¿qué? El problema radica en que las instituciones panameñas están en crisis y ninguna reforma constitucional puede reconstruir un orden político que nunca existió. Hay que comenzar desde el principio, desde cero.
El presidente Cortizo hizo una promesa durante su campaña: reformaría la Constitución. Pensó que sería relativamente fácil. Tenía un proyecto que un grupo le entregó y sólo tenía que enviarlo a la Asamblea Nacional. Se dio cuenta seis meses más tarde que los obstáculos en el camino eran demasiado grandes. Optó por buscar auxilio en un organismo de las Naciones Unidas - el PNUD – que le sirvió a los presidentes Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Martín Torrijos para seguir engañando al pueblo panameño con las privatizaciones y la quiebra del Seguro Social.
Cortizo no quiere enfrentar los problemas del país. Prueba de ello, la composición de su gabinete al cual le falta visión de futuro. En seis meses, careciendo de un proyecto, no ha podido identificar las necesidades del país en política interior o exterior. Quiere cambios cosméticos que pongan fin a los escándalos mediáticos de corrupción y desgreño administrativo. No significa poner fin a los despojos, entre ellos, en la mina de cobre, en las áreas del Canal, en la seguridad social y tantas otras áreas. Por otro lado, difícilmente logrará sujetar los desmanes de los diputados y reeducar a los magistrados.
El gobierno ha descuidado el sector económico. La tasa de crecimiento del PIB continuará disminuyendo en 2020 y el desempleo aumentará. Estas son las proyecciones de la CEPAL y del Banco Mundial. La CEPAL recomienda que se inicien inversiones por parte del sector público. Además, señala que es urgente generar empleos aplicando una política de redistribución de las enormes ganancias que generan proyectos como la mina Cobre Panamá y el entorno del Canal de Panamá.
Con una economía estancada, Cortizo tendría que regresar al tablero para buscarle otra solución a las reformas constitucionales En este atolladero Cortizo tendría dos alternativas: engavetar todo proyecto de reforma o convocar a la Asamblea constituyente originaria. En esta coyuntura, el desenlace de los enfrentamientos dependerá de la correlación de fuerzas políticas. La iniciativa constitucional de Cortizo se produjo a fines de 2019 en un contexto de crisis de gobernabilidad que se viene arrastrando y agudizando desde hace varios lustros. Los partidos políticos están desgastados, las instituciones públicas han perdido toda credibilidad, las Iglesias no tienen representatividad, los gremios empresariales y laborales no tienen convocatoria.
¿Puede ser el pueblo en la calle? Los ‘tres días de octubre’ pasados fueron un aviso de lo que podría venir en el futuro cercano. Panamá ha tenido en el pasado cuatro grandes movimientos sociales que surgieron ‘espontáneamente’ y que tuvo como actor central a EEUU. El primero en 1925 con el ‘movimiento inquilinario’ que costó una docena de vidas tras la intervención solicitada de tropas norteamericanas. El segundo en 1947 con el rechazo al Tratado Filós-Hines. Tercero, la gran insurrección contra la ocupación militar norteamericana del 9 de enero de 1964. Por último, la invasión militar de EEUU en 1989 sobre la cual los gobiernos de turno no rinden cuentas ni piden a Washington que asuma su responsabilidad.
En 2020 Cortizo tiene la oportunidad histórica de rendir cuentas, no sólo sobre la invasión de 1989. También sobre las políticas de despojo que hacen inviables cualquier camino que pretenda impulsar el desarrollo del país. Sin necesidad de cambiar artículo alguno de la Constitución, puede hacer cumplir la ley para recuperar los 4 mil millones de dólares que los grandes empresarios dejan de tributar anualmente al fisco. Igualmente, 500 millones de dólares anuales que no pagan los patrones a la Caja de Seguro Social. Igualmente, hacer mejor uso de los recursos del Canal de Panamá y de las mina Cobre Panamá. Además, eliminando la corrupción, le daría mucho más de 10 mil millones de dólares anuales al gobierno para invertir en los programas de salud, educación, vivienda y seguridad que el país necesita con urgencia en 2020.
2 de enero de 2020.

Sunday, December 22, 2019

2019: La crisis mundial impactó a la región y a Panamá

A escala mundial, el año 2019 siguió la pauta establecida por la crisis del desarrollo capitalista. La tasa de crecimiento económica siguió cayendo y el desarrollo social negativo arroja más familias a las filas de la pobreza. La guerra comercial entre China y EEUU expresa esta crisis en términos geopolíticos. A su vez, la presidencia de Trump es una muestra de la crisis de hegemonía que sacude a EEUU. La pregunta es si el sistema-mundo capitalista está en una crisis terminal (Wallerstein) o si la crisis de hegemonía es del capitalismo norteamericano que espera su sucesor (Arrighi).
En América latina, en 2019, los estudiosos de la política abandonaron sus tesis sobre los ciclos y EEUU continuó interviniendo en los asuntos internos de la región. Washington sacó al presidente Evo Morales de Bolivia mediante un movimiento de los cuarteles, le vendió armas a los gobiernos sometidos a sus políticas como nunca antes y amenazó a Cuba, Venezuela y Nicaragua con invasiones militares. Al mismo tiempo, sin embargo, surgieron gobiernos anti-neoliberales en México y Argentina. El Grupo de Lima y la OEA siguen creando zozobra, bajo el liderazgo de EEUU. A pesar de los malos augurios, los movimientos sociales en la región crearon esperanzas de un nuevo despertar en los países de la región.
En el caso de Panamá, en 2019 el país dio muestras de hundirse cada vez más en una maraña caótica de corrupción cuyo desenlace es impredecible. El sistema se alimenta de la corrupción, fortalecido por las políticas públicas de los últimos 30 años, que generan una creciente inestabilidad social e ingobernabilidad política. La falta de gobernabilidad se acopla a una rápida disminución de la tasa de crecimiento económico en los últimos años. Mientras que entre 2008 y 2011 las tasas de crecimiento del PIB eran de dos dígitos, entre 2016 y 2019 han disminuido a sólo el 3.5 por ciento anual.
En 2019 Panamá celebró elecciones para nuevo Presidente de la República y otros puestos públicos. Al igual que en los últimos 30 años, se impuso una maquinaria que controlan tres partidos políticos. En este caso, ganó por un margen muy pequeño el Partido Revolucionario Democrático (PRD) y su candidato, Laurentino Cortizo. El nuevo mandatario aseguró que pondrá fin a la corrupción. Para poner fin a este flagelo hay que transformar el sistema político y económico. Cortizo no pretende llegar tan lejos. En los seis meses de gobierno han estallado escándalos de corrupción que no son enfrentados.
Incluso, después de dejar la Presidencia (2014-2019), Juan C. Varela, se dieron a conocer sus conversaciones con altos funcionarios comprometiendo su gestión. Las grabaciones hechas públicas fueron bautizadas como los ‘Varelaleaks’. A principios de año fue enjuiciado el presidente anterior (2009-2014), Ricardo Martinelli, quien fue absuelto por razones técnicas de espiar a sus adversarios políticos. En un período de 10 años se cree que el fisco perdió miles de millones de dólares por malos manejos del tesoro nacional. En otra escala, diputados y magistrados de la Corte Suprema de Justicia también son acusados de corrupción. 
En 2019 colapsaron los servicios de salud, el sistema educativo y el aparato de seguridad panameños. Además, los programas ambientales, los tránsitos por el Canal de Panamá y la agro-industria tienen serios problemas que no se quieren solucionar. La Caja de Seguro Social (CSS) que maneja un presupuesto que supera los US$3 mil millones anuales está en quiebra por la corrupción. La falta de planificación en la construcción de centros de salud inoperantes y el pago de servicios que se externalizan, forman parte del engranaje del sistema. Igualmente, la falta de planificación en el sector educación genera despilfarro y más corrupción. A fines de año se produjo la matanza más terrible de la historia panameña cuando 15 reclusos fueron asesinados dentro del centro penitenciario La Joyita. Las autoridades pretenden tomar distancia de la tragedia aduciendo que fue parte de una guerra entre ‘pandillas’.
La deserción escolar aumentó en 2019 y las ‘escuelas rancho’ atienden cada vez más niños. El presupuesto nacional cubre menos las necesidades de la población que, sin planificación, encuentra planteles donde no hay población y población donde no hay escuelas. En el sector salud se desvían recursos que no se destinan a la adquisición de medicamentos, mantenimiento o a la formación de auxiliares. Se criminaliza la pobreza y se hace la vista gorda de los crímenes de ‘cuello blanco’ en el sector financiero.
26 de diciembre de 2019.

Wednesday, December 18, 2019

Hay que recuperar el país destruido por la invasión



20 de diciembre: Día de duelo nacional. Por órdenes del presidente de EEUU, George Bush, hace 30 años, el 20 de diciembre de 1989, las fuerzas armadas de ese país invadieron Panamá causando la muerte de centenares o miles de panameños, en su mayoría civiles, incluyendo muchos niños. Sólo en El Chorrillo, barrio popular de la ciudad de Panamá, los aviones dejaron caer 400 bombas en un área de un kilómetro cuadrado.
El Chorrillo sólo se puede comparar en los anales bélicos con Guernica, en el país Vasco, que sirvió de laboratorio de la Luftwaffe alemana durante la guerra civil española. Sin justificación alguna, EEUU arremetió contra una población indefensa e inocente. Los mandos militares norteamericanos admitieron después que preparaban a sus pilotos y equipos para las guerras del futuro, específicamente Irak.
Para justificar la masacre, EEUU dijo que quería derrocar a un dictador y poner fin al tráfico ilícito de drogas. Además, aseguraron que querían instalar una democracia. Todos sus argumentos eran falsos, sin fundamento alguno. El estratega norteamericano de la invasión, el general Colin Powell, diría que su plan tuvo gran éxito. Consistía en demoler con toda la fuerza a su disposición a cualquier defensa panameña. Powell estaba bien informado que Panamá no contaba con defensas militares para hacerle frente a EEUU.
Los políticos panameños de los partidos tradicionales, cómplices de los crímenes de lesa humanidad, celebraron la invasión mientras tomaban posesión de sus cargos escoltados por tropas norteamericanas. Muchos civiles también festejaron trepándose a los tanques invasores con sus banderas partidistas y la de EEUU. Las celebraciones se daban al mismo tiempo que los hogares panameños vivían el terror de las armas del invasor extranjero.
En la Casa Blanca, Bush y sus asesores esperaban que la muestra de fuerza desmedida (machismo) le daría un empujón en las encuestas de popularidad en su país. El mundo entero condenó la invasión, incluyendo las Naciones Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA). El mismo Bush fue castigado en las elecciones presidenciales que siguieron la invasión. Varios generales norteamericanos que participaron en la invasión confesaron después que no entendieron las razones dadas por la plana mayor para invadir a Panamá.
El internacionalista panameño, Julio Yao, afirma que “la invasión militar norteamericana fue seguida por una  “ocupación (que) duró tres anos, tras la cual EEUU dejó firmados varios acuerdos  anulables, ya que ningún Estado bajo ocupación militar  puede suscribir tratados”. Ningún presidente panameño (ha habido siete) se ha atrevido a denunciar a EEUU por la invasión, acto contrario al derecho internacional y a todos los acuerdos que sostienen los principios de los derechos humanos.
Según Yao, “todos los gobiernos (entre 1990 y 2019) saquearon el tesoro nacional, borraron los estudios de historia y por ende la memoria del pueblo, colaboraron con la invasión, destruyeron la soberanía y empobrecieron a la población, especialmente a los menos favorecidos”. Después de la invasión, Panamá se convirtió en uno de los países con niveles de inequidad más altos del mundo. Los gobernantes, bajo la supervisión de EEUU, aplicaron políticas neoliberales que redistribuyeron las riquezas del país. Antes de la invasión, las dos terceras partes de la producción era destinada a los salarios que recibían los trabajadores. En la actualidad, la relación se ha invertido y los trabajadores sólo reciben la tercera parte de las riquezas que producen
Julio Yao asegura que “los  signos de la invasión están por todas partes. No hay consenso entre sectores amplios de la población sobre la invasión porque las operaciones psicológicas y mediáticas son a largo plazo. Las mismas trazaron una imagen favorable de la invasión, que satanizó al general Noriega, haciéndolo responsable de toda la tragedia.  Muchos todavía piensan que la invasión fue una liberación que nos salvó de una dictadura.  El primero en lanzar esta idea fue el arzobispo de Panamá, monseñor Marcos McGrath”.  Yao enfatiza que “no me lo dijeron. Yo lo escuché porque estuve presente.  Posteriormente, la Iglesia se retractó”.
El pueblo panameño no ha permitido que los gobiernos de turno borren la historia del país. Mucho menos acepta que se escriba una historia que convierta en héroes a los aliados internos del invasor extranjero. El día de duelo nacional tiene que servir para reflexionar y hacer énfasis en la recuperación de los símbolos patrios, así como en los bienes de todos los panameños que fueron privatizados y saqueados.
19 de diciembre de 2019.

Wednesday, December 26, 2018

‘Criminalización’ de la protesta marca fin de 2018


La gestión del presidente Juan Carlos Varela, inaugurada a mediados de 2014, llegó a su punto más bajo al finalizar 2018 cuando decidió reprimir las protestas de los productores agrícolas y, además, criminalizar sus manifestaciones. Todos los gobiernos panameños desde la invasión de EEUU (1989) han intentado acabar con el sector agropecuario. Primero, reduciendo los aportes oficiales al sector. Segundo, especulando con el trabajo de los agricultores. Tercero, firmando un tratado de ‘libre comercio’ con EEUU que destruyó directamente el agro panameño. En 20 años el sector casi ha desaparecido, contribuyendo - actualmente - al PIB apenas el 1.5 por ciento del total.

El tratado firmado con EEUU responde a la política exterior de este país que – a escala mundial - pretende eliminar toda competencia. Washington le dice a Panamá que sólo produzca piña, banano y sandía – entre otros productos tropicales – y que los exporte a países como Portugal y Bélgica. Mas encima, Panamá le paga a los gobiernos de EEUU e Israel para que le asesore a realizar la transformación de productores de arroz a piña. Todos los proyectos han fracasado.
En Panamá existe un mercado nacional consumidor de arroz, maíz, cebolla, vegetales y muchos otros rubros al cual el productor panameño le ha sido prohibido vender. En la actualidad, el rico mercado de la zona de tránsito del Canal de Panamá (las ciudades de Panamá, Colón, Arraiján, La Chorrera y San Miguelito) consumen productos agrícolas importados en desmedro de los panameños.
La política social de Panamá se encuentra en un espiral descendente desde hace dos décadas. La criminalidad, la desigualdad social y el abandono de los servicios básicos se hacen cada vez más notorios. El crecimiento económico – impulsado por la entrega del Canal de Panamá al gobierno nacional (2000) y la ampliación de la vía acuática (2008-2014) – tuvo un auge sostenido entre 2005 hasta 2016. Sin embargo, este año, al igual que el anterior, la tasa de crecimiento del PIB comenzó a perder fuerza. El gobierno no tiene planes para enfrentar el dilema y los partidos políticos se encuentran totalmente ajenos a la realidad nacional.
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) anunció que tiene un conjunto de iniciativas para generar ingresos adicionales a los peajes que le cobra a los barcos que pasan por la vía. Las instalaciones portuarias en el entorno del Canal se han convertido en los más importantes de la región latinoamericana pero debido a los contratos que firmaron con los gobiernos de turno no estimulan al resto de la economía.  Igual ocurre con la Minera Panamá (de propiedad sudafricana) - que asegura que ha invertido 6 mil millones de dólares y comenzará en 2019 a exportar cobre – que no aporta a la dinámica económica del país. De paso ha contaminado una región de aproximadamente mil kilómetros cuadrados en el medio del corredor ecológico mesoamericano.
El gobierno (y los partidos de la oposición) tienen un ‘as’ en la manga que se llama China. Desafortunadamente, no saben en cual de las dos mangas está y, si supieran, no saben como jugarla en el complicado tinglado geo-político que caracterizan las relaciones con la República Popular de China. No hay estrategia ni plan para incorporar a China al desarrollo de Panamá. Los chinos quieren una plataforma (‘hub’ es la palabra favorita de nuestros especuladores) para proyectar su comercio en toda la región. ¿Qué propone Panamá? La respuesta del presidente Varela es que los chinos saben lo que quieren y sabrán qué hacer. ¿Y Panamá?
Por otro lado, no hay plan para incorporar a China como mercado para los productores panameños. Hay que trabajar con urgencia para definir una estrategia. Sabemos que pasó en 1821 y en 1903. Que no se repita la experiencia que nos legaron los próceres en el siglo XXI.
Los productores agrícolas panameños están haciendo historia y los gobernantes no quieren escuchar el mensaje. No hay que condenar a los manifestantes a largas penas de cárcel. Hay que trabajar con ellos para producir un mejor país. Los agricultores reprimidos le escribieron al papa Francisco quien visitará Panamá en enero de 2019. Le recordaron su mensaje donde aparece “la figura del agricultor y la relación entre su trabajo y los beneficios por los que se esfuerza”.  Los pequeños agricultores son esenciales. Francisco invitó a la movilización, ‘para que los pequeños agricultores reciban una remuneración justa por su precioso trabajo’.
27 de diciembre de 2017.


Thursday, December 20, 2018

Muchos jóvenes panameños sacrificaron sus vidas


Hace 29 años, el 20 de diciembre de 1989, EEUU desató lo que sus mandos llamaron una “guerra total” contra Panamá. El ataque fue desproporcionado e innecesario, según los expertos militares. La respuesta panameña fue mínima ante el poderío bélico norteamericano. El capitán Eliécer Gaitán relata como algunos batallones resistieron la invasión, con un costo muy alto en vidas de jóvenes combatientes panameños. Los invasores dominaban el espacio aéreo y el mar, sin capacidad de respuesta de los efectivos panameños.
“En Tocumen, según Gaitán, se realiza el primer choque entre ‘Los Pumas’ y  los paracaidistas de la 82 División del Ejército de EEUU con armas antiaéreas y ametralladoras 12.5. Ante la resistencia de los combatientes panameños, el Ejército invasor desplaza su asalto de paracaidistas hacia el norte. Después de ese primer enfrentamiento, un grupo de combatientes se desplaza al área de Panamá Viejo, Cuartel de la Unidad Especial Anti-Terror (UESAT), al mando del capitán Garrido. Los comandos a cargo de Garrido enfrentaron el desembarco y el ataque de los helicópteros Black Hawk. La resistencia y los combates se extienden durante toda la madrugada e impiden que el Ejército de EEUU avance. Los aviones ejecutan una acción de bombardeo aéreo en apoyo de un desembarco anfibio de paracaidistas. El fuego aéreo masivo neutraliza el contra-ataque de los  panameños”.
El relato de Gaitán describe como “a lo largo de la madrugada, el Ejército de EEUU mantuvo el fuego aéreo y extendió el tiempo del desembarco anfibio, que estaba empantanando ante la resistencia de la UESAT. Como no se pueden tomar el cuartel de Panamá Viejo, deciden destruirlo. Las fuerzas anfibias norteamericanas no habrían podido culminar con éxito el desembarco, sin el aplastante apoyo del fuego aéreo de los helicópteros”.
Gaitán señala que “en el aeropuerto de Paitilla el 20, los comandos especiales panameños, emplazaron francotiradores en apoyo a las unidades que defendían los hangares militares. Se logró frenar el avance de las unidades SEALS que estaban desembarcando. En el primer contacto, los panameños le causan bajas al Ejército de EEUU. Esto hace que se detenga el desembarco y el ataque terrestre e inicie el bombardeo masivo en el área del cuartel de Paitilla”.
”En la avenida Balboa, alrededor de las 3 de la mañana, un comando panameño de seis hombres, con un RPG-18 y un RPG-7, atacan con armas automáticas y armas antitanques las instalaciones de la Embajada de EEUU, defendida por un pelotón de 30 a 50 infantes de marina, apoyados por blindados y unidades de la Policía Militar.  Cuando el comando ataca las instalaciones de la sede diplomática, los miembros del Ejército ofrecen resistencia, pero no logran evitar que sean alcanzados e incendiados los blindados. El ataque del comando panameño provoca que las unidades norteamericanas se replieguen y le dejen el trabajo y la confrontación a las unidades aéreas. El comando panameño se moviliza entonces hacia al sector de Santa Ana y Calidonia, en camino al Cuartel Central, para apoyar a otros combatientes en el barrio de El Chorrillo”.
”Al amanecer del 20 de diciembre, según Gaitán, se hizo un primer balance, donde se estableció que el Ejército invasor hizo un anillo en forma de ocho alrededor de la ciudad de Panamá, pero todavía no había avanzado más allá de Tocumen. Ante eso, se tomó la decisión de moverse poco y mantener las posiciones durante el día, para tratar de atacar el perímetro del cerco. La noche del 20 de diciembre, desde el patio del Instituto Nacional, se atacó con fuego de mortero de 82 milímetros y RPG-7, al área de Quarry Heights, donde estaba la jefatura de operaciones del Comando Sur de EEUU. En el operativo participaron ocho hombres. En el área existía una casa de seguridad con armamentos que pertenecían a las Fuerzas Especiales con mandos clandestinos. El armamento se encontraba en un sitio ubicado detrás del Ancon Inn, ubicado en la avenida de los Mártires. El bombardeo fue exitoso porque se hizo con mucha precisión... era un ataque simbólico al corazón del enemigo. El daño que se hizo fue mas bien a las instalaciones de superficie, pero era una de las respuestas a la violación de EEUU a Panamá, a los Tratados de Ginebra y en contra del pueblo panameño”. 
El que quiere leer el testimonio completo del capitán Gaitán puede consultar los periódicos Marcha (Montevideo) y La Jornada (México).
20 de diciembre de 2018.

Wednesday, December 12, 2018

La muerte de un presidente: George Bush I


George H.W. Bush fue el cuadragésimo primer (41) presidente de Estados Unidos (1989-1993). Será recordado como el presidente (hubo un total de 12) más anodino del siglo XX de ese país. Todo lo que hacía era mal concebido por un equipo de asesores mediocres, que se encontraban en la Casa Blanca gracias a la popularidad de su predecesor, Ronald Reagan.
Hay dos razones para dedicarle un espacio al que los medios norteamericanos llamaban el ‘wimp’ (debilucho). En primer lugar, por declararle la “guerra total” a Panamá. La aventura militar desatada en diciembre de 1989 le costó la vida a miles de panameños inocentes. En segundo lugar, para entender porque los medios norteamericanos ensalzaron la figura de Bush para contrastar su ‘humildad’ con la arrogancia del actual mandatario, Donald Trump.
Desde su juventud, pasando por sus años de formación política, su paso por la Presidencia, hasta su muerte, siempre fue un instrumento en manos de otros que lo utilizaron para cumplir con las tareas más deleznables. Hijo de una familia arribista cuyo padre se hizo millonario contrabandeando energéticos hacia Alemania durante la segunda guerra mundial, don dinero le permitió mezclarse con la aristocracia de la costa oriental norteamericana. Una anécdota sirve para situar al padre de George – Prescott S. Bush - en su lugar: Antes y durante la Segunda Guerra Mundial (entre 1934 y 1943) manejaba una empresa naviera que alimentaba al gobierno nazi con petróleo texano en barcos que utilizaban la bandera de conveniencia panameña.
El periodista norteamericano, Greg Grandin, define a Bush como ícono del ‘establecimiento WASP’ y represor brutal del Tercer Mundo. “Los servicios funerarios (realizados a principios de diciembre) lo han querido convertir del terrorista que era en un héroe”. La sigla WASP traducida al español quiere decir blanco, anglo-sajón y protestante. Gracias a las conexiones financieras de su padre Prescott, logró convertirse en protegido de los clanes Harriman y Rockefeller que lo atrajo al presidente Richard Nixon quien lo nombró embajador en la ONU, Pekín y finalmente director de la CIA.
Antes de cumplir un año en la Casa Blanca, Bush ordenó la invasión de Panamá. La lista oficial de muertos aún no existe pero se calcula que fueron varios miles. La Iglesia católica celebró una misa campal dándole la bienvenida a los invasores y presentando una lista de poco más de 500 víctimas fatales.
Una agencia de Derechos Humanos de EEUU informó que las fuerzas armadas norteamericanas no respetaron la regla de evitar la pérdida de vidas de no combatientes en áreas residenciales. Todo lo contrario, no se le avisó a la población del bombardeo que se desató sobre la ciudad de Panamá (concentrado en el barrio de El Chorrillo) en la medianoche, poco antes de la Navidad. La Universidad de Panamá reportó 442 explosiones en las primeras 12 horas de la invasión, una bomba cada dos minutos, que destruyeron 4,000 hogares. La Iglesia católica no fue la única que celebró. También salieron a la calle para abrazar a los invasores los miembros de los partidos políticos que recuperaron el poder trepados en los tanques norteamericanos. Todavía siguen en el poder casi 30 años después.
La muerte de Bush se produce en medio de una guerra que está desgarrando el tejido de la oligarquía norteamericana. El presidente Trump - quien cumple en enero dos años en la Casa Blanca - está cuestionando la legitimidad de los oligarcas que han estado guiando a EEUU hacia un objetivo de grandeza global. Los califica de traidores, que quieren entregar las riquezas del país a intereses foráneos, entre ellos europeos y chinos. Los acusa también de promover la inmigración de etnias indeseables a EEUU. Sus ataques los adereza con su popularidad entre los sectores más conservadores del país a quienes suma a los millones trabajadores que se encuentran desempleados o cuyos ingresos han disminuido en los últimos lustros.
La ‘vieja’ oligarquía contra-ataca acusando a Trump de ser inepto para gobernar y de estar en alianza con Rusia para conservar el poder. Durante tres días, los medios levantaron la figura de George Bush I para recordarle al pueblo de EEUU como debe comportarse un buen presidente de EEUU. Hay indicios que la táctica no funcionó y Trump sigue su curso. A sus adversarios políticos sólo les queda el enjuiciamiento (impeachment) para ver si lo pueden desbancar. El mundo espera una reacción del pueblo norteamericano.
13 de diciembre de 2018.

Friday, December 7, 2018

Los retos de López Obrador



Millones de mexicanos presenciaron el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el Zócalo de la ciudad de México. Otros tantos lo siguieron por televisión en el mundo entero. Fue un discurso pausado, enérgico y con un contenido que sacudía a todos los que escuchaban.
Con una voz firme presentó ante el pueblo de México su programa de trabajo (2019-2024) de cien puntos. Repasó cada punto, detallando sus significados, como procedería y de dónde saldrían los fondos para financiar sus iniciativas. Aclaró que cada punto ya había sido consultado con el pueblo tras años de hacer giras por todo el país. Las palabras de AMLO recordaban otros discursos históricos de nuevos mandatarios llamados a transformar no sólo sus países sino también la región latinoamericana.
El 1 de enero de 1959, Fidel Castro pronunciaría su primer discurso en Santiago de Oriente anunciando el programa de la Revolución cubana ya discutido tras tres años de luchas en la Sierra y en las ciudades. El 11 de septiembre de 1970 en Santiago de Chile, Salvador Allende, presentó su programa de gobierno que era de los trabajadores quienes tenían más de medio siglo combatiendo para llevar sus anhelos a la dirección política de ese país. En  4 de febrero de 1999, Hugo Chávez pronunció el discurso que cambió a Venezuela para siempre. América latina avanza. Son avances cualitativos que no se traducirán en bienestar para las grandes mayorías hasta que no se alcance la unidad de todos los pueblos de la región.
Destacamos en resumen lo bueno, lo malo y lo feo del discurso de AMLO. Lo bueno es su decisión de poner fin a la corrupción en México. Comparte con el pueblo que es el problema más serio que tiene ese país. La corrupción, a su vez, es la responsable de la violencia que cobra miles de vidas inocentes al año. También recuperará todas riquezas del subsuelo que fueron entregadas a las corporaciones norteamericana por gobernantes corruptos. Financiará con las riquezas del pueblo de México, hoy robadas por la oligarquía de ese país, los programas de educación, salud y seguridad social.
Lo malo es la pobreza, la desigualdad y la criminalidad. Presentó los programas que comenzará a poner en efecto inmediatamente para reducir la pobreza. Destinará miles de millones de pesos en distribuir recursos en las comunidades y creará nuevas oportunidades de empleos, especialmente, en las fronteras norte y sur. Creará una Guardia Nacional especializada para enfrentar el crimen organizado de mafias mexicano-norteamericanas.
En su discurso dejó entender sin ser explícito, que lo feo es el gobierno de EEUU que no descansará ante impedimento alguno para obstaculizar su programa de cien puntos. También a los Salinas de Gortari y sus asociados que han empantanado a México con políticas neo-liberales con el fin de apropiarse de todas sus riquezas. Tendrá que enfrentarse a los malos gobernantes de la región que – desde la década de 1960 – se oponen a libre determinación de los pueblos. Han usado a la OEA para socavar a los gobiernos de Cuba, Chile, Venezuela y tanto otros, en conspiraciones abiertas junto con EEUU.
AMLO fue cauteloso al abordar el problema de la migración creado por EEUU y llevado a la política electoral por Trump. La economía de EEUU demanda trabajadores que estén dispuestos a laborar por salarios muy inferiores a los pagados legalmente en EEUU. A pesar de ser salarios bajos, son un atractivo para muchos que quieren cruzar la frontera desde hace muchos años. AMLO fue hábil al decirle a Trump que el problema tiene solución si ambos gobiernos cooperan.
Mientras tanto, una poderosa cadena de televisión de EEUU – cercana a Trump - acaba de recomendar que las ‘Caravanas’ se dirijan hacia Panamá para buscar refugio. La diferencia entre Panamá y EEUU es que el primero nunca ha explotado a Honduras como lo ha hecho EEUU. Panamá tampoco ha asesinado a un solo centroamericano, ni ha lanzado bombas sobre su población inocente como lo ha hecho EEUU.
Todos los centroamericanos siempre han sido, son y serán bienvenidos en Panamá. Le toca ahora al pueblo norteamericano asumir una posición valiente y decidida para abrirle las puertas a los centroamericanos. EEUU dice en su propaganda que es el país que ‘acoge a los desvalidos del mundo’. ¡Que lo demuestre ahora con quienes están en su frontera! Aprovechen que AMLO es su aliado.
6 de diciembre de 2018.