La clase política y el poder económico panameños inauguraron
2020 concentrando sus esfuerzos en torno a las reformas constitucionales
propuestas por el gobierno del presidente Cortizo. El debate, sin embargo, no
enfoca los objetivos que debería perseguir un documento que oriente las tareas
políticas de los gobernantes. Más bien, se queda a nivel de las formalidades.
El ¿cómo? desplazó por completo el ¿qué? El problema radica en que las
instituciones panameñas están en crisis y ninguna reforma constitucional puede
reconstruir un orden político que nunca existió. Hay que comenzar desde el
principio, desde cero.
El presidente Cortizo hizo una promesa durante su campaña:
reformaría la Constitución. Pensó que sería relativamente fácil. Tenía un
proyecto que un grupo le entregó y sólo tenía que enviarlo a la Asamblea
Nacional. Se dio cuenta seis meses más tarde que los obstáculos en el camino
eran demasiado grandes. Optó por buscar auxilio en un organismo de las Naciones
Unidas - el PNUD – que le sirvió a los presidentes Pérez Balladares, Mireya
Moscoso y Martín Torrijos para seguir engañando al pueblo panameño con las privatizaciones
y la quiebra del Seguro Social.
Cortizo no quiere enfrentar los problemas del país. Prueba
de ello, la composición de su gabinete al cual le falta visión de futuro. En
seis meses, careciendo de un proyecto, no ha podido identificar las necesidades
del país en política interior o exterior. Quiere cambios cosméticos que pongan
fin a los escándalos mediáticos de corrupción y desgreño administrativo. No
significa poner fin a los despojos, entre ellos, en la mina de cobre, en las
áreas del Canal, en la seguridad social y tantas otras áreas. Por otro lado,
difícilmente logrará sujetar los desmanes de los diputados y reeducar a los
magistrados.
El gobierno ha descuidado el sector económico. La tasa de
crecimiento del PIB continuará disminuyendo en 2020 y el desempleo aumentará.
Estas son las proyecciones de la CEPAL y del Banco Mundial. La CEPAL recomienda
que se inicien inversiones por parte del sector público. Además, señala que es
urgente generar empleos aplicando una política de redistribución de las enormes
ganancias que generan proyectos como la mina Cobre Panamá y el entorno del
Canal de Panamá.
Con una economía estancada, Cortizo tendría que regresar al
tablero para buscarle otra solución a las reformas constitucionales En este
atolladero Cortizo tendría dos alternativas: engavetar todo proyecto de reforma
o convocar a la Asamblea constituyente originaria. En esta coyuntura, el
desenlace de los enfrentamientos dependerá de la correlación de fuerzas
políticas. La iniciativa constitucional de Cortizo se produjo a fines de 2019
en un contexto de crisis de gobernabilidad que se viene arrastrando y
agudizando desde hace varios lustros. Los partidos políticos están desgastados,
las instituciones públicas han perdido toda credibilidad, las Iglesias no tienen
representatividad, los gremios empresariales y laborales no tienen
convocatoria.
¿Puede ser el pueblo en la calle? Los ‘tres días de octubre’
pasados fueron un aviso de lo que podría venir en el futuro cercano. Panamá ha
tenido en el pasado cuatro grandes movimientos sociales que surgieron
‘espontáneamente’ y que tuvo como actor central a EEUU. El primero en 1925 con
el ‘movimiento inquilinario’ que costó una docena de vidas tras la intervención
solicitada de tropas norteamericanas. El segundo en 1947 con el rechazo al
Tratado Filós-Hines. Tercero, la gran insurrección contra la ocupación militar
norteamericana del 9 de enero de 1964. Por último, la invasión militar de EEUU
en 1989 sobre la cual los gobiernos de turno no rinden cuentas ni piden a Washington
que asuma su responsabilidad.
En 2020 Cortizo tiene la oportunidad histórica de rendir
cuentas, no sólo sobre la invasión de 1989. También sobre las políticas de
despojo que hacen inviables cualquier camino que pretenda impulsar el
desarrollo del país. Sin necesidad de cambiar artículo alguno de la
Constitución, puede hacer cumplir la ley para recuperar los 4 mil millones de
dólares que los grandes empresarios dejan de tributar anualmente al fisco.
Igualmente, 500 millones de dólares anuales que no pagan los patrones a la Caja
de Seguro Social. Igualmente, hacer mejor uso de los recursos del Canal de
Panamá y de las mina Cobre Panamá. Además, eliminando la corrupción, le daría
mucho más de 10 mil millones de dólares anuales al gobierno para invertir en los
programas de salud, educación, vivienda y seguridad que el país necesita con
urgencia en 2020.
2
de enero de 2020.
Hey big guy, sorry that your perspective on world politics has been wrong all this time. Encourage you to cozy up to the next chinaman you see fit. Perhaps they will reciprocate the affection with your greatest desires. As latin america is set to implode from a chinese virus maybe you should have another look at your former posts and blog. Perhaps pick up a good book written by your catholic brothers. Or perhaps you prefer the cartel, show you good time!
ReplyDeleteUn gran pensador y ejemplo académico para América Latina, muy gratos recuerdos del Dr. Gandasegui y sus visitas a la Universidad Nacional en Costa Rica. Un saludo solidario para sus familiares, y fuerza para los colegas que continuaremos la senda crítica en el estudio de nuestra región.
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