La gestión del presidente Juan Carlos Varela, inaugurada a mediados de 2014, llegó a su punto más bajo al finalizar 2018 cuando decidió reprimir las protestas de los productores agrícolas y, además, criminalizar sus manifestaciones. Todos los gobiernos panameños desde la invasión de EEUU (1989) han intentado acabar con el sector agropecuario. Primero, reduciendo los aportes oficiales al sector. Segundo, especulando con el trabajo de los agricultores. Tercero, firmando un tratado de ‘libre comercio’ con EEUU que destruyó directamente el agro panameño. En 20 años el sector casi ha desaparecido, contribuyendo - actualmente - al PIB apenas el 1.5 por ciento del total.
El
tratado firmado con EEUU responde a la política exterior de este país que – a
escala mundial - pretende eliminar toda competencia. Washington le dice a
Panamá que sólo produzca piña, banano y sandía – entre otros productos
tropicales – y que los exporte a países como Portugal y Bélgica. Mas encima,
Panamá le paga a los gobiernos de EEUU e Israel para que le asesore a realizar
la transformación de productores de arroz a piña. Todos los proyectos han
fracasado.
En
Panamá existe un mercado nacional consumidor de arroz, maíz, cebolla, vegetales
y muchos otros rubros al cual el productor panameño le ha sido prohibido
vender. En la actualidad, el rico mercado de la zona de tránsito del Canal de
Panamá (las ciudades de Panamá, Colón, Arraiján, La Chorrera y San Miguelito)
consumen productos agrícolas importados en desmedro de los panameños.
La
política social de Panamá se encuentra en un espiral descendente desde hace dos
décadas. La criminalidad, la desigualdad social y el abandono de los servicios
básicos se hacen cada vez más notorios. El crecimiento económico – impulsado
por la entrega del Canal de Panamá al gobierno nacional (2000) y la ampliación
de la vía acuática (2008-2014) – tuvo un auge sostenido entre 2005 hasta 2016.
Sin embargo, este año, al igual que el anterior, la tasa de crecimiento del PIB
comenzó a perder fuerza. El gobierno no tiene planes para enfrentar el dilema y
los partidos políticos se encuentran totalmente ajenos a la realidad nacional.
La
Autoridad del Canal de Panamá (ACP) anunció que tiene un conjunto de
iniciativas para generar ingresos adicionales a los peajes que le cobra a los
barcos que pasan por la vía. Las instalaciones portuarias en el entorno del
Canal se han convertido en los más importantes de la región latinoamericana
pero debido a los contratos que firmaron con los gobiernos de turno no
estimulan al resto de la economía.
Igual ocurre con la Minera Panamá (de propiedad sudafricana) - que
asegura que ha invertido 6 mil millones de dólares y comenzará en 2019 a
exportar cobre – que no aporta a la dinámica económica del país. De paso ha
contaminado una región de aproximadamente mil kilómetros cuadrados en el medio
del corredor ecológico mesoamericano.
El
gobierno (y los partidos de la oposición) tienen un ‘as’ en la manga que se
llama China. Desafortunadamente, no saben en cual de las dos mangas está y, si
supieran, no saben como jugarla en el complicado tinglado geo-político que
caracterizan las relaciones con la República Popular de China. No hay
estrategia ni plan para incorporar a China al desarrollo de Panamá. Los chinos
quieren una plataforma (‘hub’ es la palabra favorita de nuestros especuladores)
para proyectar su comercio en toda la región. ¿Qué propone Panamá? La respuesta
del presidente Varela es que los chinos saben lo que quieren y sabrán qué
hacer. ¿Y Panamá?
Por
otro lado, no hay plan para incorporar a China como mercado para los
productores panameños. Hay que trabajar con urgencia para definir una
estrategia. Sabemos que pasó en 1821 y en 1903. Que no se repita la experiencia
que nos legaron los próceres en el siglo XXI.
Los
productores agrícolas panameños están haciendo historia y los gobernantes no
quieren escuchar el mensaje. No hay que condenar a los manifestantes a largas
penas de cárcel. Hay que trabajar con ellos para producir un mejor país. Los
agricultores reprimidos le escribieron al papa Francisco quien visitará Panamá
en enero de 2019. Le recordaron su mensaje donde aparece “la figura del
agricultor y la relación entre su trabajo y los beneficios por los que se
esfuerza”. Los pequeños agricultores son esenciales. Francisco invitó a
la movilización, ‘para que los pequeños agricultores reciban una remuneración
justa por su precioso trabajo’.
27
de diciembre de 2017.
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