Wednesday, May 30, 2018

El arte de la negociación del SUNTRACS


La organización sindical de los obreros de la construcción tiene características únicas. Tiene una historia que se remonta a la construcción del ferrocarril trans-ístmico y del Canal francés en el siglo XIX. Las luchas de los constructores del Canal de Panamá hace cien años (1904-1914) fueron épicas. A mediados del siglo pasado se construyeron las bases militares que rodearon el Canal en la estrategia bélica de EEUU contra Japón, Corea y después Vietnam (1935-1975).  A pesar de la persecución y represión, los obreros conservaron su espíritu de lucha y su organización.

Después de la invasión militar norteamericana en 1989 se reorganizó el Sindicato Unico Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS). En poco más de 25 años se ha convertido en uno de las organizaciones laborales más poderosas del país. A diferencia de otros gremios, golpeados por las políticas neo-liberales, el SUNTRACS ha logrado unir a los trabajadores del sector de la construcción y presentar un sólido frente para negociar con la patronal.

En la historia del país, hay ejemplos de organizaciones obreras que han contribuido al desarrollo de la sociedad con sus sacrificios y conquistas laborales. Son los casos, por ejemplo, de las batallas que dieron los obreros del Canal de Panamá durante la primera mitad del siglo XX, así como los trabajadores de las bananeras y de los cañaverales a mediados del siglo pasado.

A pesar de esta historia, hay una política sistemática de tergiversar las luchas obreras. Los intereses patronales controlan los medios, el sistema educativo e, incluso, muchas instituciones religiosas que se ponen al servicio de quienes creen que los trabajadores no son seres humanos.

Los trabajadores de la construcción han estado ganando espacios para sus afiliados de manera consistente.  Por un lado, el SUNTACS ha logrado aumento de salarios para sus miembros. Por el otro, hace respetar los derechos laborales y humanos de los trabajadores. Esto se debe, sobre todo, a dos razones: Primero, la tenacidad de los agrupados para mantener la disciplina y aumentar el número de afiliados. La segunda, su capacidad negociadora frente a la patronal.

La reciente huelga del SUNTRACS que duró 28 días fue tergiversada por los medios. Las peticiones de los obreros no tenían cabida en los periódicos o en los espacios de televisión y radio. Cuando aparecía una nota era para decir cuantos miles de dólares supuestamente tenían los obreros escondidos debajo de sus colchones. También podía ser sobre las reuniones que tenían los trabajadores con sus congéneres en el país o en el extranjero. Los medios aprovechaban para asociar a los trabajadores con figuras que consideraban peligrosas para sus intereses.

Ningún medio envió a un periodista a entrevistar  a la familia de un obrero de la construcción en huelga para conocer su nivel de vida, su estilo de vida o que aspiraciones tenía para sus hijos. Para los medios, el sistema educativo y muchas religiones, el obrero debe ser (y comportarse como) una máquina. No debe tener sentimientos humanos ni pensamiento propio. Debe colocar en un lugar secundario su familia y el bienestar de sus hijos.

Con motivo de la huelga de los obreros de la construcción surgió un caso merecedor de un comentario. La universidad católica de Panamá, la USMA, tiene un acuerdo con el SUNTRACS para conocer su forma de organización y compartir estos conocimientos con los estudiantes. En medio de la huelga y una vez terminada, la USMA fue objeto de ataques que la tildaban de traidora de la clase patronal. La USMA se defendió señalando que el pensamiento universitario tiene que ser diverso y rico en matices

Los ataques contra el SUNTRACS no sólo están dirigidos a un grupo en especial de los obreros del país. Abraca a todos los panameños que trabajan para satisfacer sus necesidades básicas.  Atacan a los obreros y otros sectores sociales que tienen pensamiento crítico. Que son capaces de concebir cambios para mejorar sus condiciones vida y vivir en un país con justicia social. Pareciera que odian a los obreros por sus luchas.

La elite considera que hacerle una concesión a un sindicato es una muestra de debilidad. La capacidad negociadora (sin violencia) del SUNTRACS logró imponerse nuevamente. La victoria fue un paso en la dirección correcta, a pesar de que las conquista salarial fue un aumento de centavos por hora. Fue un triunfo del sindicato sobre los patrones.

31 de mayo de 2018. 

Wednesday, May 23, 2018

Venezuela gana en las urnas y enfrenta nuevos retos




La contundencia del triunfo del presidente Nicolás Maduro y su Partido Socialista Unido Venezolano (PSUV) en la elecciones del domingo pasado en Venezuela no fue una sorpresa. Tres elementos explican la victoria electoral de los ‘chavistas’ en la patria de Bolívar. En primer lugar, el pueblo venezolano está convencido que la solución de la crisis está en sus propias manos. En segundo lugar, una oposición política obtusa que cree que la solución de la crisis está en manos de EEUU. En tercer lugar, Washington y el presidente Trump creyeron que la crisis terminaría a punta de amenazas de una intervención militar Estaban seguros de que el pueblo ‘no bajaría de los cerros’ para llegar a las urnas.
Después de 20 años en el poder, sin embargo, el movimiento bolivariano fundado por Hugo Chávez sigue enfrentando al mismo adversario: EEUU. Así como tantos otros gobernantes independientes desde Perón (Argentina) y Arbenz (Guatemala), hasta Lugo (Paraguay), Zelaya (Honduras) y Dilma (Brasil) en el siglo XXI, pasando por Bosch y Camaño (República Dominicana), Torres (Bolivia y Allende (Chile). Todos se enfrentaron a EEUU y fueron derrotados por la enorme máquina militar y económica de EEUU. La única excepción fue Cuba que contó con una dirección excepcional de las mujeres y hombres que rodeaban a Fidel Castro.
Los herederos de Chávez, con Maduro a la cabeza, pretenden emular a Fidel. Cuentan con el apoyo de un pueblo aguerrido de mil batallas, desde Bolívar hasta el presente.
Los votos acababan de ser contados y antes de que Maduro fuera proclamado presidente por segunda vez, el presidente Trump anunció nuevas ‘sanciones’ económicas para ahogar la economía venezolana. En esta ocasión, el objetivo de la Casa Blanca es golpear directamente a la empresa privada de Venezuela. Al pueblo venezolano, más de 35 millones de habitantes en el país, lo tiene asfixiado desde hace muchos años. EEUU ha bloqueado el ingreso al país de alimentos, medicamentos, materiales de construcción e, incluso, productos de lujo. Los países europeos se han visto obligados por Washington de seguir sus instrucciones cerrando las vías comerciales transoceánicas. Los países latinoamericanos han sido más reticentes, pero se están sometiendo a las órdenes del norte.
En el caso de Panamá, cuando EEUU le torció el brazo, los gobernantes en el Istmo se sometieron a las órdenes y bloquearon las operaciones financieras de Caracas en el centro bancario panameño. Maduro reaccionó de una vez con medidas de retorsión y obligó a Panamá a retroceder. La semana pasada, en otra aventura mal concebida por el gobierno panameño, se comprometió con el gobierno israelí a abrir el caso de un avión que cayó con empresarios de origen judío que viajaba de la ciudad de Panamá hacia la Zona Libre Colón.
El presidente Trump anunció que todas las empresas venezolanas – relacionadas con la extracción, procesamiento y distribución de petróleo y sus derivados – no tendrán acceso a financiamiento por parte de las redes bancarias que operan en EEUU. Las empresas privadas venezolanas dependen de las líneas de crédito de los bancos norteamericanos que operan basados en las garantías que ofrece la producción actual y en el futuro de petróleo venezolano.
Fueron estas decisiones que tomó el presidente Kennedy en 1960 contra la Revolución cubana que agudizó la crisis entre esos dos países y disparó el éxodo de los empresarios de la isla. Un año más tarde Kennedy lanzó el ataque militar contra Cuba que fue aplastado en Playa Girón por el Ejército Rebelde
EEUU tiene dos escenarios bélicos muy calientes en la actualidad. Por un lado, Trump amenaza a Corea del Norte que tiene que someterse, con negociaciones o sin negociaciones. Por el otro, el secretario de Estado Pompeo hace un llamado a que el pueblo de Irán se levante contra los ‘Ayatolas’. Pretende que una “alianza entre árabes y el Estado Israel acabe con el gobierno de Teherán”.
En América del Sur, Washington cree que con aliados como Argentina, Brasil y Colombia puede invadir a Venezuela. Estos países darían el primer impulso para dejarle el camino abierto al Comando Sur que ya tiene tropas especiales en las islas holandesas del Caribe, Panamá, Honduras y Florida.
El triunfo electoral de Maduro fue contundente pero EEUU se prepara para dar la batalla en otro plano. El pueblo venezolano sabe defenderse y Nuestra América sabrá darle todo la solidaridad necesaria para rechazar cualquier invasión.
24 de mayo de 2018.

Wednesday, May 16, 2018

Elecciones en México: no a la violencia si a la paz


“Aproximadamente a las 12 horas, fue asesinado nuestro compañero José Remedios Aguirre Sánchez, candidato de Juntos Haremos Historia a la alcaldía de Apaseo del Alto”. Parece una novela de García Márquez. Pero tristemente no lo es. Es la realidad cotidiana mexicana, que salpica con sangre la campaña electoral de ese país. Así comienza un comunicado del Partido MORENA del candidato a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Según el comunicado, suman 21 militantes de Morena asesinados. La oligarquía mexicana quiere evitar el triunfo de AMLO en las elecciones del 1 de julio de 2018. Detrás de las fuerzas sociales más retrógradas de México se encuentra EEUU que abiertamente interviene en el proceso electoral de ese país. AMLO no es de izquierda pero es un nacionalista decidido. Con sorprendente habilidad ha logrado reunir en torno a su candidatura a sectores de derecha moderados, del centro y también de la izquierda política. Incluso, cuenta con el apoyo de las iglesias evangélicas del país azteca.
AMLO plantea que México es de los mexicanos y levanta como bandera el rescate de los recursos del país. Comienza por el petróleo que ha sido entregado a empresas norteamericanas. Seguiría con la agricultura que es controlada por corporaciones del país del norte. Plantea el fin de la guerra contra las drogas y el desmantelamiento de los carteles que forman parte de redes vinculadas a Washington. También pondría fin a las migraciones de mano de obra barata que entran ilegalmente a EEUU. Le exigiría a EEUU un acuerdo para proteger a los migrantes mexicanos que cruzan la frontera para trabajar en el sector agrícola y de servicios en el país del norte.
Lo que más inquieta a Washington – sobretodo al presidente Trump – es la agenda de AMLO para poner fin a la injerencia de EEUU en los asuntos latinoamericanos. Eso significaría que en el caso de Venezuela el gobierno norteamericano tendría que demostrar que sus acusaciones contra la patria de Bolívar tienen fundamento. No respaldaría las maniobras del llamado Grupo de Lima creado por Washington para desestabilizar a Caracas.
El próximo domingo, 20 de mayo, hay elecciones en Venezuela. EEUU ha dicho que no reconocerá ese proceso y seguirá tratando de aislar al gobierno del presidente Maduro.
El siguiente domingo, 27 de mayo, habrán elecciones en Colombia donde un exmilitante de la guerrilla M-19, Gustavo Petro, quien encabeza una amplia alianza política, tiene posibilidades de ganar. Si OMLA llega a la presidencia en México le será más difícil a EEUU intervenir en los procesos electorales de la región. Más aún, en octubre hay elecciones en Brasil. El expresidente Lula de Silva es el favorito para ganar. Para detener el ímpetu que tiene Lula, el gobierno de Brasilia, con el apoyo de la oligarquía paulista, lo encarceló sin presentar pruebas de haber cometido delito alguno.
AMLO tiene sobre sus hombros un reto enorme: Llegar a las elecciones y defender su triunfo. El camino está lleno de obstáculos y la meta final es aún más escabrosa. En el pasado se han cometido ya dos fraudes que le han quitado la presidencia de su país. Incluso, si gana las elecciones y es ungido por el Congreso tiene que evitar los ataques de todo tipo, incluso armados, contra su integridad y la de su gestión.
En total en 2018 se celebran 7 elecciones presidenciales en la región. Ya se celebraron tres: Costa Rica, Paraguay y Cuba. A fines de mayo en Venezuela y Colombia. En julio en México y en octubre en Brasil. Todo indica que la decisiva se va a realizar en México. La correlación de fuerzas entre las tendencias políticas, que actualmente caracteriza a América latina, cambiaría si AMLO llega al poder. Incluso, puede influir sobre la liberación de Lula y su participación en las elecciones brasileñas programadas para octubre. México haría el papel que Panamá se ha negado a asumir en su política exterior. México podría convocar – como lo ha hecho en el pasado – a la región para servir de intermediario en el conflicto entre EEUU y Venezuela. México podría influir sobre otros países – como Uruguay, Perú y Costa Rica – para que asuman otra posición más constructiva en la región. Si Brasil se sumara, con Lula a la cabeza, podríamos concluir que 2019 será un año de reconstrucción para la región. Un fin a la violencia y el inicio de la paz.
17 de mayo de 2018

Thursday, May 10, 2018

Las fallas de fondo y forma de la Constituyente




La República de Panamá ha tenido cuatro constituciones (1904, 1941, 1946 y 1972). La última Constitución Política ha sido reformada varias veces . El presidente Juan Carlos Varela anunció la semana pasada que hará las consultas necesarias para convocar una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución. El tema ha estado presente desde la invasión militar norteamericana a Panamá en 1989 (casi 30 años). En aquel entonces, y a lo largo de las tres décadas que han seguido, los gobernantes nunca se pusieron de acuerdo para qué querían un nueva Constitución (faltaría la orientación de la Embajada). El plan de Varela es introducir una quinta papeleta en las elecciones que se realizarán en mayo de 2019. En la actualidad, las elecciones contemplan cuatro papeletas: Presidente de la República, diputados, alcaldes y representantes de corregimiento. La quinta papeleta sería para elegir 60 constituyentes.
¿Cuál es el procedimiento para seleccionar los 60 ungidos? ¿Cómo serían elegidos?
La falta de respuestas para estas preguntas y otras deja mucho que desear. ¿Después de las elecciones le corresponderá a los constituyentes tomar las riendas del país? El orden político que resulte de la Asamblea Constituyente determinaría el futuro del país. Por ejemplo, la Asamblea Constituyente puede invalidar las elecciones de mayo de 2019 (Presidente y diputados) y, además, destituir a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Abogados como Raúl González, del Movimiento Alternativa Popular, tiene varios años des estar impulsando la quinta papeleta para convocar una Constituyente originaria. Sin embargo, el mecanismo que el plantea es muy diferente al señalado por el presidente Varela. El profesor González propone que en las elecciones de 2019 se le pregunte al electorado (ciudadanía) si quiere que el nuevo Ejecutivo convoque a la elección de una Asamblea Constituyente. Si el pueblo vota a favor de la Constituyente se harían las elecciones.
En todo caso, el debate (a soto voce) en torno a la Constituyente tiene dos grandes fallas. Una de forma y otra de fondo. La de forma es la falta de transparencia. Mientras que el presidente Varela y su partido conservador – Panameñista - quiere dar un ‘paquetazo’ con la selección de los constituyentes, la oposición aspira a sacar a Varela del juego político. Los partidos de oposición (neo-liberales) tienen el 80 por ciento de los diputados en la Asamblea. Neutralizan las iniciativas gubernamentales.
Más preocupantes, aún, son las fallas de fondo. El presidente Varela y su equipo, al igual que los sectores que están en la oposición, no saben para qué estarían convocando a una Constituyente. Una nueva Constitución tiene como objetivo ‘refundar’ la República. ¿Pero que nueva República quieren los gobernantes conservadores y la oposición neoliberal parlamentaria? Qué decir de los voceros de la llamada ‘sociedad civil’ ¡Que todo cambie, para que todo siga igual!
Gobierno, oposición y sociedad civil se ponen de acuerdo y cantan, en coro, que se necesita una nueva Constitución para acabar con la corrupción, con la criminalidad, el presidencialismo, clientelismo y otros males que les incomoda. Desafortunadamente, ninguna Constitución puede acabar con esos males. Todos saben que la corrupción no es un problema constitucional (es un problema criminal). Igual el presidencialismo. Este es un mal que se desprende de las luchas internas entre las fracciones que controlan el poder político y económico. El presidencialismo es una figura no-constitucional que se crea para asegurar la repartición excluyente de la res-pública (corrupción).
La Constitución de 1946 y la de 1972 (que es un calco de la primera) son documentos que tienen un fuerte contenido social, según los especialistas. Es decir, la estructura de la República y las instituciones que son creadas por la Constitución tienen un objetivo: resolver los problemas sociales. Las reformas de 1983 y 1994 fueron concebidas – después de la muerte de Torrijos y la invasión norteamericana, respectivamente - para atenuar ese objetivo, pero no lograron eliminar lo esencial. El texto está vigente.
Las constituciones de 1946 y 1972 tienen capítulos que le garantizan a los panameños el derecho a un trabajo bien remunerado, a una vivienda decente, a servicios de salud y a una educación gratuita. El problema es que no se cumplen con los artículos de la Constitución. Es obvio, hay que crear las condiciones políticas para que se respete la Constitución ¿Los gobernantes quieren eliminar el contenido social de la Constitución? Si la respuesta es negativa, entonces deben decir qué quieren.
10 de mayo de 2018.



Thursday, May 3, 2018

La transición cubana reta a la región, incluso a EEUU




Aunque se especula con el nuevo rumbo que puede tomar Cuba, el presidente Miguel Diaz-Canel ha dejado claro que “en esta legislatura no habrá espacio a los que aspiran a una restauración capitalista”. ¿Qué quiso decir el nuevo presidente cubano? Se puede entender de diferentes maneras. En primer lugar, no hay una marcha atrás hacia la economía de mercado. Segundo, la economía de la isla seguirá al servicio de las necesidades de sus habitantes. Tercero, el gobierno y todos los cubanos seguirán resistiendo el bloqueo de Washington que tendrá pronto 60 años de estarse aplicando. Al mismo tiempo, dejó entrever que se desarrollarán reformas indispensables para enfrentar los nuevos retos que presentan los cambios globales.
La Isla se ha convertido en una economía con altos niveles de inversiones tecnológicas en los campos médicos y educativos. Sin embargo, el bloqueo de EEUU no le ha dado acceso al mercado internacional. China se está convirtiendo paulatinamente en un mercado que puede complementar la economía cubana. Los gobernantes cubanos apuestan al turismo y a la normalización de las relaciones con EEUU. Estas están estancadas debido a los compromisos del presidente Trump con sus aliados de una corriente minoritaria de la ultra derecha cubana en Miami.
Mientras que Cuba ha logrado establecer buenas relaciones con China y Rusia, ha retrocedido con relación a EEUU y, en gran parte, América latina. El primero es importante desde el punto de vista económico. El segundo, es estratégico desde la perspectiva política. Cuba es un país con una clase trabajadora (media) capacitada muy grande que puede convertir el país de Martí en una potencia económica en la región. Los cubanos tienen los mejores niveles de educación y salud si se compara con todos los países del mundo. Muy por encima de la media latinoamericana e, incluso, superior a EEUU. Pero está encerrada por el bloqueo.
Sus aliados en América latina, Venezuela y Bolivia son hostigados por EEUU, precisamente por ser amigos de Cuba. En Venezuela se realizarán elecciones en unas semanas donde se pronostica el triunfo de las fuerzas progresistas que encabeza Nicolás Maduro, en una amplia alianza que incluye sectores con proyectos de mercado. En Bolivia, el presidente Evo Morales ha logrado construir una alianza en torno a los pueblos indígenas, que incluye mineros, obreros e, incluso, empresarios. En México también se realizarán elecciones con Andrés Manuel López Obrador – por tercera vez -  a la cabeza de las encuestas. AMLO cree en el mercado regulado y que las riquezas mexicanas deben quedarse en el país. EEUU lo considera un peligro. La pregunta no es si ganará (cosa segura). La interrogante es si la oligarquía montará otro fraude (por tercera vez). 
En Brasil el expresidente Lula - del Partido del Trabajo (PT) - es el seguro ganador de las elecciones en octubre. Con semejante escenario político, la reacción de la plutocracia brasileña fue encarcelar al dirigente metalúrgico. En Nicaragua recién se produjo un estallido popular contra las medidas neoliberales de un gobierno con antecedentes revolucionarios (FSLN). La experiencia del presidente Daniel Ortega pone sobre la mesa la máxima de Fidel Castro: ‘El enemigo más peligroso no está afuera del movimiento, está adentro’.
En el caso de Panamá, en 1989 se instauró un régimen que tomó distancia de la Revolución cubana. Los gobernantes se comprometieron con un programa económico neoliberal que amarró al país – hasta la fecha – a una redistribución de las riquezas desde abajo hacia arriba. Recientemente el viceministro de Economía y Finanzas declaró que la corrupción ayuda al crecimiento económico en Panamá. Su candor sorprendió, incluso, a sus copartidarios en el gobierno.
La ofensiva contra los sectores populares concentrados en los sindicatos, gremios profesionales y productores agrícolas es sistemática. La encabezan el gobierno, los empresarios e ideólogos de la llamada sociedad civil. Este enfrentamiento se produce cuando las instituciones políticas panameñas están en crisis. ¿Está dispuesto el poder económico a cambiar de rumbo y buscar una solución política a la crisis terminal de su régimen, que nació con la invasión norteamericana de 1989? La otra solución es esperar el colapso del régimen y recoger los pedazos sin saber cómo resultará el producto.
Mientras que la Revolución cubana parece consolidarse en el contexto de la transición generacional, el resto del continente (incluso EEUU) parece haber perdido la brújula. Tiene que encontrar la llave para superar las contradicciones que no le permite avanzar.
3 de mayo de 2018.