La contundencia del triunfo
del presidente Nicolás Maduro y su Partido Socialista Unido Venezolano (PSUV)
en la elecciones del domingo pasado en Venezuela no fue una sorpresa. Tres
elementos explican la victoria electoral de los ‘chavistas’ en la patria de
Bolívar. En primer lugar, el pueblo venezolano está convencido que la
solución de la crisis está en sus propias manos. En segundo lugar, una
oposición política obtusa que cree que la solución de la crisis está en manos
de EEUU. En tercer lugar, Washington y el presidente Trump creyeron que la
crisis terminaría a punta de amenazas de una intervención militar Estaban
seguros de que el pueblo ‘no bajaría de los cerros’ para llegar a las urnas.
Después de 20 años en el poder, sin embargo, el movimiento
bolivariano fundado por Hugo Chávez sigue enfrentando al mismo adversario:
EEUU. Así como tantos otros gobernantes independientes desde Perón (Argentina)
y Arbenz (Guatemala), hasta Lugo (Paraguay), Zelaya (Honduras) y Dilma (Brasil)
en el siglo XXI, pasando por Bosch y Camaño (República Dominicana), Torres
(Bolivia y Allende (Chile). Todos se enfrentaron a EEUU y fueron derrotados por
la enorme máquina militar y económica de EEUU. La única excepción fue Cuba que
contó con una dirección excepcional de las mujeres y hombres que rodeaban a
Fidel Castro.
Los herederos de Chávez, con Maduro a la cabeza, pretenden
emular a Fidel. Cuentan con el apoyo de un pueblo aguerrido de mil batallas,
desde Bolívar hasta el presente.
Los votos acababan de ser contados y antes de que Maduro
fuera proclamado presidente por segunda vez, el presidente Trump anunció nuevas
‘sanciones’ económicas para ahogar la economía venezolana. En esta ocasión, el
objetivo de la Casa Blanca es golpear directamente a la empresa privada de
Venezuela. Al pueblo venezolano, más de 35 millones de habitantes en el país,
lo tiene asfixiado desde hace muchos años. EEUU ha bloqueado el ingreso al país
de alimentos, medicamentos, materiales de construcción e, incluso, productos de
lujo. Los países europeos se han visto obligados por Washington de seguir sus
instrucciones cerrando las vías comerciales transoceánicas. Los países
latinoamericanos han sido más reticentes, pero se están sometiendo a las
órdenes del norte.
En el caso de Panamá, cuando EEUU le torció el brazo, los
gobernantes en el Istmo se sometieron a las órdenes y bloquearon las operaciones
financieras de Caracas en el centro bancario panameño. Maduro reaccionó de una
vez con medidas de retorsión y obligó a Panamá a retroceder. La semana pasada,
en otra aventura mal concebida por el gobierno panameño, se comprometió con el
gobierno israelí a abrir el caso de un avión que cayó con empresarios de origen
judío que viajaba de la ciudad de Panamá hacia la Zona Libre Colón.
El presidente Trump anunció que todas las empresas
venezolanas – relacionadas con la extracción, procesamiento y distribución de
petróleo y sus derivados – no tendrán acceso a financiamiento por parte de las
redes bancarias que operan en EEUU. Las empresas privadas venezolanas dependen
de las líneas de crédito de los bancos norteamericanos que operan basados en
las garantías que ofrece la producción actual y en el futuro de petróleo
venezolano.
Fueron estas decisiones que tomó el presidente Kennedy en
1960 contra la Revolución cubana que agudizó la crisis entre esos dos países y
disparó el éxodo de los empresarios de la isla. Un año más tarde Kennedy lanzó
el ataque militar contra Cuba que fue aplastado en Playa Girón por el Ejército
Rebelde
EEUU tiene dos escenarios bélicos muy calientes en la
actualidad. Por un lado, Trump amenaza a Corea del Norte que tiene que
someterse, con negociaciones o sin negociaciones. Por el otro, el secretario de
Estado Pompeo hace un llamado a que el pueblo de Irán se levante contra los
‘Ayatolas’. Pretende que una “alianza entre árabes y el Estado Israel acabe con
el gobierno de Teherán”.
En América del Sur, Washington cree que con aliados como
Argentina, Brasil y Colombia puede invadir a Venezuela. Estos países darían el
primer impulso para dejarle el camino abierto al Comando Sur que ya tiene
tropas especiales en las islas holandesas del Caribe, Panamá, Honduras y
Florida.
El triunfo electoral de Maduro fue contundente pero EEUU se
prepara para dar la batalla en otro plano. El pueblo venezolano sabe defenderse
y Nuestra América sabrá darle todo la solidaridad necesaria para rechazar
cualquier invasión.
24
de mayo de 2018.
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