EEUU y sus aliados no descansan en su campaña para derrocar
el actual gobierno venezolano presidido por Nicolás Maduro. Hace dos semanas
intentó poner fin al proyecto bolivariano atentando contra la vida del
presidente Maduro. Sorprendió la técnica utilizada que no tuvo éxito en sus
propósitos. En estos momentos, los medios de comunicación también están
saturando a la región con noticias sobre los venezolanos que están caminando
hacia las fronteras del Perú y Ecuador. Grupos enteros son abandonados por sus
‘coyotes’ creando problemas aparentemente humanitarios.
Según Aram Aharonian, “el análisis de la Big Data
(que permite a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras
intenciones) y los algoritmos de la “caja negra”, son utilizados para
poner a prueba la verdad y la confianza”. Las protestas en Venezuela así como
las vistas de familias, distribuidas por las redes sociales, caminando por las
carreteras de Colombia y Ecuador para llegar al Perú, parecen fabricadas. Es
una táctica utilizada por los medios masivos de comunicación controlados por
las agencias de noticias de EEUU desde Guatemala (1954), pasando por Chile
(1973) y hace poco en Nicaragua (2018).
El plan desestabilizador de Washington contra Venezuela se
extiende a los yacimientos de petróleo. El plan de EEUU consiste en tres
medidas coordinadas. La primera pretende preparar el terreno para que los
acreedores incauten activos venezolanos
en EEUU (Citgo y otros). Conoco-Phillips acaba de confiscar US$2 mil millones
de activos de PDVSA en el Caribe. La segunda maniobra sería socavar la
estabilidad de los trabajadores de la empresa PDVSA que extrae el ‘oro negro’
de las profundidades. La tercera sería que el presidente Trump y sus seguidores
en Europa impongan sanciones adicionales a la economía bolivariana.
Según el ‘Think Tank” norteamericano, World Politics
Review, WPR, la producción de petróleo en Venezuela está disminuyendo desde que
Hugo Chávez, líder de la revolución bolivariana, falleció. En la actualidad,
produce 1.34 millones de barriles por día. El mayor comprador del crudo
venezolana es EEUU con un 33 por ciento de las exportaciones.
Washington puede suspender las compras de petróleo
venezolano para crear una crisis de divisas en el país de Bolívar. Pero como
dicen Lisa Viscidi y Nate Graham, de WPR, la medida puede provocar una reacción
negativa entre los consumidores norteamericanos que perjudique las aspiraciones
políticas del presidente Trump. La suspensión de importaciones de crudo
venezolano a EEUU crearía un desequilibrio en la demanda y oferta en el mercado
norteamericano. Esta situación haría que los precios de la gasolina en las
estaciones suba y perjudique al consumidor común y corriente. Es decir, crearía
un descontento entre los ciudadanos que se preparan para votar en las
elecciones parciales del Congreso norteamericano en noviembre de este año (en
apenas dos meses). El más perjudicado sería el inquilino de la Casa Blanca.
EEUU tiene otra carta en la manga: Puede interrumpir la
exportación de “productos derivados del
petróleo y petróleo ligero, llamados condensados. Venezuela importa
productos petrolíferos y petróleo ligero, llamados condensados, para mezclarlos
con su petróleo extra-pesado”. Viscidi agrega que Venezuela tendría que
buscar proveedores en otros países. Menciona a China y Rusia. Incluso,
pronostica la caída del gobierno venezolano y la entrada del Fondo Monetario
Internacional (FMI) como co-gobernante. Aparentemente, todo está preparado.
Viscidi
concluye que “si se desarrolla uno de estos tres escenarios - la incautación
masiva de activos, un éxodo de trabajadores o más sanciones - se hundirá la
producción petrolera y los ingresos de Venezuela. Sólo los especuladores
en Wall Street podrán celebrar como propia la caída del gobierno venezolano”.
Los analistas norteamericanos ahora están
preocupados que las sanciones del gobierno de Trump empuje a Venezuela hacia
tratos con las grandes empresas petroleras de Rusia y China Según esas fuentes, el gobierno transfirió 29 mil millones de barriles de
petróleo, casi el 10 por ciento de sus reservas probadas, valuadas por el
gobierno en 1.9 mil millones de dólares, al Banco Central para servir como garantías
para nuevos préstamos de Rusia y China.
La guerra
declarada por EEUU apuesta a convertir a Venezuela en un “Estado fallido”. Es
decir, un país sin capacidad de auto-gobernarse, cuyas instituciones dejan de
funcionar. El gobierno del presidente Maduro maniobra en la dirección opuesta.
Está estabilizando su economía, víctima del bloqueo de EEUU, y ha logrado
neutralizar las movilizaciones de la oposición que creaban zozobra ciudadana y
escasez de productos de primera necesidad.
30 de agosto de 2018.
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