El gran pensador social, Samir Amín, ha fallecido. Las
ciencias sociales han perdido tres figuras insustituibles en el presente año.
Primero, el brasileño Theotonio dos Santos, quien inspiró a muchos a estudiar
el sistema mundial desde una perspectiva radical. Le siguió Aníbal Quijano, el
peruano, quien planteó la ‘revolución cultural’ para darle a los pueblos de la
región latinoamericana su propia identidad. Samir Amín era egipcio pero se
encontraba muy cómodo trabajando con los sociólogos latinoamericanos.
Antes de su muerte, Samir Amín fue entrevistado por Rubén
Ramboer. De esa entrevista queremos rescatar tres líneas sobre las cuales
desarrolla su obra Samir. En primer lugar, el papel de la audacia en el trabajo
de los científicos sociales. En realidad, la audacia tiene que estar presente
en toda iniciativa que pretende ser significativa. Más aun, la audacia es un
ingrediente imprescindible para superar las contradicciones sociales.
Samir Amín se identifica como marxista. ¿Qué es ser
marxista teniendo en cuenta que Carlos Marx escribió sus grandes obras hace 150
años? Según
Samir, “ser marxista, es partir de dos grandes contribuciones elaboradas por
Marx. En primer lugar, la crítica de la realidad. Pero la realidad situada en
su época”. Es decir, en la actualidad. No podemos criticar algo que ya pasó o
que se sitúa en un futuro desconocido. Señala, además, que “aunque el
capitalismo ya no es lo que era, sigue siendo fundamental la crítica del
capitalismo”. En segundo lugar, “la crítica de la imagen ideológica del
capitalismo. Es decir, de la teoría económica y del economismo”. La ideología
de los capitalistas ha creado un conocimiento falso de la realidad: el
economismo que proclama el ‘fin de la historia’ y la existencia para siempre de
relaciones sociales de esclavitud (asalariada).
Sobre
estas dos grandes contribuciones elaboradas por Marx, hay casi un consenso
sobre la definición actual del marxismo. Samir Amín da un paso adicional que
asusta a no-marxistas y neomarxistas. Dice que “ser marxista significa
necesariamente ser comunista. Marx no disociaba la teoría de la práctica, de la
participación en la lucha por la emancipación de los trabajadores y los
pueblos. También significa ser un comunista internacionalista. No es posible
cambiar el mundo olvidando a la mayoría de los pueblos, especialmente a los de
la periferia”. No queda claro que es ser comunista. Samir Amín aclara que
significa estar dispuesto a ‘cambiar el mundo’. Inmensa tarea.
Samir habla de ser “neo-marxista”, algo que está de moda en
algunos círculos. ¿Se puede ser un nuevo marxista, con nuevas ideas tomadas del
pensador alemán del siglo XIX? Los neo-marxistas, dice Samir, “quieren romper con el
marxismo histórico. Quieren ir más allá de Marx. (No soy neo-marxista), tampoco
me considero “paleomarxista”, es decir, alguien que sostiene de manera
incondicional el marxismo histórico, alguien que se convierte en sacerdote del
marxismo, que sólo conoce los textos sagrados y los comenta sin fin. Leyendo
entre líneas, tratan de encontrar respuestas a los problemas actuales que no se
planteaban en aquel momento.
Samir
Amín también se refiere a China y su aparición en el escenario mundial como
nueva potencia industrial. La presencia explosiva del viejo Imperio Celestial
ha trastocado la correlación de fuerzas internacional. Poco a poco, ha
trasladado el centro del sistema capitalista mundial del Atlántico norte hacia
la cuenca del Pacífico.
Según
Samir, “estamos en un momento histórico en el que la izquierda radical debe ser
audaz. Me refiero a la izquierda que está convencida de que el sistema
capitalista debe ser superado en su esencia. En el Norte, existen las
condiciones objetivas para aislar el capital monopolista, que ejerce su poder
también gracias a su clero político y mediático. Esto podría comenzar por una
alianza política – no una alianza electoral – y social, que incluyese a la gran
mayoría. En las periferias, la audacia consistiría en la formación de un bloque
histórico alternativo anticomprador” (anti-rentista).
En
este punto, Samir se situa en el medio del gran debate sobre China. Estará
Pekín contribuyendo a la construcción de un mundo nuevo o se estará integrando
a la visión global de los centros financieros de Occidente. Según Samir, “los
países emergentes, especialmente China, están en el proceso de de-construir los
monopolios. Para hacer frente a esto los chinos han escogido financiar la
muerte lenta de EEUU apoyando a su déficit. La muerte repentina de un animal de
este tipo sería demasiado peligrosa”.
6 de agosto de 2018.
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